Esta era una partida muy difícil para Anand, después de haber sufrido dos derrotas consecutivas. Ello justifica su elección de una línea secundaria, bastante sólida, donde pudiera desempeñarse dentro de un entorno de seguridad. Perder por tercera vez no entraba en los planes porque sería devastador.

La séptima partida del match
Foto: Anastasiya Karlovich

El ambiente.

Entre las muchas cosas que se pueden hacer contra la Berlinesa, Anand eligió una de las más sólidas, que le permitía jugar con un margen de seguridad bastante grande.

Necesitaba puntear, aunque fuera solo medio punto, hay que entenderlo, era importante para no derrumbarse. De perder ya no quedaría una gota de moral para seguir luchando y por ello la partida fue insípida y quienes lo sufrimos fuimos los aficionados.

Hay realmente muy poco que debatir sobre esta partida pero yo mantengo mi moral alta e intento sacar agua de entra las piedras.

 



El resumen

Fue una partida aburrida, para olvidar, que no pasará la historia por nada de lo ocurrido sobre el tablero.

Es un tipo de partida que no debería existir, algo habría que hacer para evitar que se jugaran partidas así en encuentros como este, pero realmente no se me ocurre nada para remediarlo.


Las notas pedagógicas

Los colores estaban invertidos respecto a las partidas 4 y 6 pero una inspección ocular breve revela que estuvimos de nuevo en terreno berlinés. Imagino que los detractores de esta defensa estarían ya a punto de presentar una denuncia.

A mis alumnos les puedo recomendar que estudien Berlinesa, por qué no.

Puede llevar ciertamente a ese famoso final que es difícil de comprender y manejar, pero en cualquier caso, el interés por ese final en particular despertaría el hambre de estudios por todos los finales en general y ese es un apetito que actualmente está ausente en las jóvenes generaciones, más propensas a dedicar su tiempo a preparar novedades en las aperturas.


El debate

En los deportes colectivos, la situación que hace desembocar en una partida como esta, no ocurre jamás. Puede que haya un integrante del equipo jugando mal, preocupando por sus recientes errores, que sienta que no puede volver a fallar, pero el resto debería imponer su mayoría y ofrecer un espectáculo digno.

Es uno de los problemas del ajedrez, si de hecho muchos piensan que es un deporte aburrido o ni siquiera un deporte, si da la casualidad de que asiste a presenciar una partida como esta, no volverá jamás.

Aquí no valen de nada la regla de Sofía ni nada semejante. Se trata de un match, uno de los jugadors se presenta con el cinturón de seguridad abrochado en el último botón, su rival no está incómodo con un empate, que de hecho le viene bien.

¿Qué hacer para evitar una partida sin color? A mi realmente no se me ocurre nada. ¿Pagar un plus por partidas? ¿Incentivos variables en función del espectáculo?

Comentarios (2)

  1. comentarista
    Gustantoio11/29/2013 7:50:55 PM

    Me gusta la idea de incentivos variables según en el nivel del espectáculo. nacen asuntos por resolver: a. ¿Quién y Cómo mide el nivel de espectáculo? b. ¿Que tal que por buscar el bono del espectáculo, se pierda el match, por arriesgar demasiado?

  2. comentarista
    Amador11/30/2013 12:48:46 AM

    Es una forma válida de enfocar el asunto, de ahí el debate, porque existen otras. Por ejemplo si tu fama es capaz de convencer a un patrocinador a que pague más de un millón de dólares por verte jugar un match y después resulta que no hay espectáculo sino tablas aburridas, quizás él o cualquier otro mecenas decida no volver a poner sus recursos para un siguiente match. Según mis predicciones, a Carlsen le quedan muchos por jugar.

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